25 años protegiendo a la infancia
Dice la Declaración Universal de Derechos Humanos en su artículo primero que todos los seres humanos "nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros". Un enunciado que puede considerarse incumplido teniendo en cuenta que incluso desde antes de llegar al mundo, los niños no tienen las mismas posibilidades de sobrevivir, crecer sanos, recibir educación o, tan siquiera, tener una expectativa de un futuro más allá de la pobreza. Pero no todo son malas noticias, desde la aprobación de la Convención sobre los Derechos del Niño hace (el 20 de noviembre) 25 años, se han producido avances. "Millones de niños se han beneficiado del progreso. Gracias a los recursos y la energía puesto en ellos, cientos de miles han salvado o mejorado su vida", asegura Unicef en su informe El estado mundial de la infancia 2015 en el que hace balance de este cuarto de siglo. El organismo de la ONU, sin embargo, alerta que todavía queda mucho por hacer.
Algunos datos destacados en el documento de Unicef dan cuenta de que el progreso es desigual, según el azaroso destino de nacer una u otra parte del mundo, en una familia acomodada o una empobrecida. Así, un 20% de los niños más pobres del planeta tienen el doble de probabilidades de sufrir malnutrición y morir antes de cumplir los cinco años respecto al 20% más rico. Y eso que muchos de los datos sobre pobreza, mortandad, salud o educación infantil están escondidos pues todavía el 49% de los pequeños son invisibles a las estadísticas, no constan en ningún registro. No existen al carecer de una identidad oficial.
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